El plástico se ha convertido con los años en un material esencial para muchas aplicaciones y ámbitos, algunos de los cuales han cobrado especial relevancia durante la COVID-19, como la medicina, el transporte, la agricultura o el envasado seguro de todo tipo de alimentos. Sin embargo, ninguno de estos plásticos debe estar destinado a un solo uso y debemos cambiar la mentalidad de ‘residuo’ a ‘recurso’ en toda la cadena de valor. El ‘cómo’ lo desgrana el informe ‘rPET, la mejor solución para garantizar la circularidad de los envases, elaborado por el Centro de Innovación y Desarrollo para la Economía Circular. Según este documento, es necesario crear mercados secundarios eficientes con los que avanzar hacia una economía circular.

 

La Unión Europea ha sido pionera en esta lucha, a través del establecimiento de unos objetivos de reciclaje y reutilización de envases de plástico del 50% en 2025 y el 55% en 2030. Además, para ese año, todos los envases plásticos introducidos al mercado deberán ser reciclables o reutilizables a un coste rentable para los operadores económicos.

 

La capacidad de producción de r-PET de uso alimentario en España es significativamente menor que su demanda

 

En el caso de España, se está preparando una nueva Ley de residuos y suelos contaminados que prevé crear dos impuestos: uno a los envases de plástico vírgenes no reutilizables y otro al depósito en vertedero e incineración. Estas nuevas medidas van encaminadas a construir una economía circular más robusta y, de forma más específica, a incrementar la demanda de plástico reciclado.

 

Otra de las razones para ello es que, según el citado informe, el r-PET nacional tiene asociado en su ciclo de vida una huella de carbono más baja frente a los productos importados (de entre 0.10 y 0.51 Kg de CO2). Además, hay que tener en cuenta que los impactos ambientales asociados a la producción y al transporte son los más ecoeficientes de todos los mercados estudiados (para el rango de precios inferior a 900€ /tonelada, la huella de carbono es de 710 Kg de CO2/tonelada).

 


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Sin embargo, a día de hoy, el mercado español no está preparado todavía para satisfacer el aumento de la actual demanda de plástico reciclado, tal y como se desprende del citado informe. En concreto, la capacidad de producción de r-PET de uso alimentario es significativamente menor que su demanda: solamente para cumplir con los objetivos europeos del 25% de plástico reciclado en las botellas, se necesitarán unas 54 kt (kilo toneladas) anuales de r-PET, cuando la capacidad instalada para la producción de este material en 2019 no superaba las 35 kt (con una oferta efectiva máxima de 22 kt, ya que parte de la producción estaba comprometida contractualmente). Por este motivo, se hace necesario el impulso de un mercado secundario competitivo de r-PET en España.

 

La seguridad, esencial en los procesos de reciclado de envases para uso alimentario

 

Un aspecto importante a tener en cuenta dentro de los procesos de reciclado es la seguridad que deben proporcionar los envases que están en contacto con alimentos. Dicho proceso debe cumplir las exigencias establecidas por la Autoridad Europea en Seguridad Alimentaria (EFSA), ya que se trata de uno de los pocos materiales reciclados posconsumo que se emplean para estar en contacto con alimentos.

 

Así, más allá de las botellas de rPET, también existen tecnologías de reciclado mecánico capaces de reciclar envases multicapa posconsumo, como la de Repetco. Y es que mediante su proceso, consiguen separar las diferentes capas que componen el plástico, gracias a lo cual se consigue generar rPET pellets y rPE que pueden ser utilizados de nuevo en la industria alimentaria, como por ejemplo en bandejas y envases, así como en botellas para refrescos o detergentes; y en fibras para la industria textil y del automóvil. El resto de capas (tapas fundamentalmente) no se desechan o se incineran, sino que también se reciclan.

 


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Para ello, la Unión Europea está apostando firmemente por proyectos de investigación, bien para impulsar el desarrollo de nuevos materiales renovables o para indagar en nuevos procesos más eficaces y eficientes de reciclaje mecánico o químico. Actualmente en España el reciclado mecánico es un proceso maduro frente al reciclado químico, que apenas está iniciado y donde las inversiones requeridas para desarrollar nuevas instalaciones son de mayor envergadura.