El reciclaje es clave para asentar un modelo de producción y de consumo más sostenible. Así lo revela la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en su informe ‘Policy brief on making the most of the social economy’s contribution to the circular economy’, donde subraya la importancia del reciclaje dentro la estrategia europea de Economía Circular  y como impulsor de importantes beneficios sociales y económicos. 

Por ello, la OCDE apuesta por implementar medidas de estímulo para la economía social en el futuro, no solo para mejorar la vida de la población desde un punto de vista de la sostenibilidad, sino, también, para incrementar su riqueza y la productividad empresarial.

Las sinergias que genera el reciclaje

El informe incide en el potencial de crecimiento que tienen las industrias que, directa o indirectamente, trabajan dentro de la economía social. El reciclaje propicia el desarrollo de actividades circulares, hace más inclusiva la transición ecológica, favorece los modelos y las prácticas de colaboración entre empresas de distintos sectores, mejora la aceptación de las tecnologías verdes por parte de la población y promueve, en general, un comportamiento más circular de la sociedad a través del incremento de la educación sobre sostenibilidad.

De acuerdo a los datos de la red internacional sin fines de lucro que representa a las empresas sociales activas en el campo del sector de reutilización, reparación y reciclaje (RREUSE), las empresas sociales generan entre 40 y 100 puestos de trabajo por cada 1.000 toneladas de material recolectado y valorizado para actividades orientadas a la reutilización. En este sentido, el informe de la OCDE afirma que si las compañías que trabajan en la industria del reciclaje logran reforzar en los próximos años sus sinergias y las vías de colaboración con las iniciativas institucionales de carácter social y circular, se incrementará todavía mucho más el impacto positivo en la economía y en el empleo.

Para lograrlo, el documento invita tanto al ámbito público como al tejido productivo especializado en el reciclaje a definir objetivos comunes, a alinear las prioridades políticas que beneficien a los ciudadanos, y a facilitar las alianzas entre los diferentes actores que participan dentro de la cadena de valor de la economía circular. Para conseguir que se tenga el mayor éxito posible en estas iniciativas, es crítico que se trabaje activamente en la eliminación de las barreras que existen para acceder al flujo de residuos y bienes de segunda mano, garantizar que los instrumentos financieros estén disponibles para las empresas sociales independientemente del tamaño y la forma legal, y apoyar la formación y la inserción laboral a través de programas de certificación de competencias.

Además, se señalan otras propuestas como, por ejemplo, mejorar la investigación y el análisis de los datos sobre reciclaje, reforzar los mecanismos de innovación y el acceso a la financiación, o conseguir que desde el ámbito público se dé un paso adelante para establecer proyectos piloto disruptivos sobre reciclaje que tengan un elevado potencial.

En este sentido, cabe destacar el ejemplo de compañías como RepetCo, que ha sido capaz de desarrollar un sistema patentado propio, respetuoso con la naturaleza, a través de envases de PET/PE multicapa alimentarios. Por medio de un proceso único, se generan rPET pellets y rPET que pueden ser utilizados de nuevo en la industria alimentaria con bandejas y envases de láminas multicapa de PET/PE; en botellas para refrescos o detergentes; y en fibras para la industria textil y del automóvil.

La mayor colaboración con el ámbito público y un mayor acceso a la innovación son fundamentales para el reciclaje del futuro

Retos europeos sobre el reciclaje de plástico

La implantación real de una estrategia de Economía Circular en Europea es uno de los grandes retos que se han marcado en los últimos años las instituciones comunitarias. El principal documento sobre esta iniciativa es la ‘Estrategia Europea para el plástico en una Economía Circular’, presentada por la Comisión Europea en el año 2018, y en donde se establece el compromiso de que, para 2030, el reciclaje de plástico en el continente sea una industria rentable.

Entre otros hitos, existe el desafío de que para 2025, se recicle en la Unión Europea el 65% de los envases plásticos y se incluya un 25% de rPET en botellas. En 2030, el reto es conseguir que todos los envases de plástico que se comercialicen sean 100 % reciclables.

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